LA MURALLA

He sentido la curiosidad y el interés de saber un poco más de mi ciudad, así como de darlo a conocer para quienes, como yo, habíamos reparado demasiado poco en las cosas de la Burriana pasada.

Sin pretensión ninguna de ser un estudio histórico, sino más bien de recopilar informaciones, aprovechando los trabajos de estudio arqueológico que se están haciendo en la torre maciza que se encuentra al fondo del solar de la que fue casa del carbonero de la calle San Pascual 28, y hoy de propiedad municipal, doy un somero repaso a algunas cuestiones.

Burriana, nació de la reagrupación de diversas alquerías, es de origen árabe del siglo IX. Ellos mismo fueron quienes la denominaron “Medina Alhandra” (Ciudad Verde), dada la fecundidad de sus huertas, siendo la población más importante al norte de Valencia.

  

  

Dispuso de murallas desde la dominación musulmana. Este sistema defensivo estaba formado por un círculo amurallado, cuarenta torres y tres puertas orientadas a Onda, Tortosa y Valencia, una berma (zona de servicio en torno a la muralla) y un foso protegiendo todo este sistema. El recinto perduró amurallado hasta el siglo XVII, momento en el que el crecimiento demográfico obligó a derribar las murallas. Se conservan algunos restos como la torre que está en el patio de la Casa Abadía, junto a la iglesia parroquial de El Salvador, que sería una bestorre (torres huecas con intención defensiva) y la torre maciza, motivo de este escrito, en la calle San Pascual, cuya finalidad era la de contrafuerte de la muralla. En el interior de la panadería Portal d’Onda, en la calle Purísima se conserva un arco ojival, así como un fragmento de arco en la calle San Agustín.

La población fue conquistada en 1087 por las tropas de El Cid, mandadas por Alvar Fáñez. En Burriana estuvo El Cid con su entonces aliado Pedro I de Aragón y Navarra.

Volvió a manos musulmanas y fue Jaime I quien, el 16 de Julio de 1233, después de un asedio de dos meses la conquistó definitivamente, consiguiendo con esto que Burriana fuese valenciana cinco años antes que Valencia, conquistada en 1238. Jaime I le dio la Carta Puebla, fechada en 1 de Noviembre de 1233, y fue una de las villas de realengo más importantes. La repoblación se hizo con familias provenientes de Tortosa y el sur de Aragón.

En 1236 Jaime I hizo venir a su mujer, Na Violant d'Hongría, para que estableciese su corte en Burriana. Es algo que cree necesario para demostrar que la conquista del reino de Valencia es una empresa larga, seria, con visión de futuro y no un simple paseo militar. La torre de Calatrava, la que se ve en la foto, es de origen musulmán y tras la conquista fue otorgada por Jaime I a la Orden de Calatrava junto con todas las tierras del margen derecho del río hasta el mar. Esta es una torre pequeña de planta pero grande en altura y que hacía las veces de torre vigía y defensiva.

En 1391 la orden de Calatrava donó de por vida a Andrés Castellán y su mujer Sancha Jimenez de Lumbiere, por sus muchos y buenos servicios a esta Orden, todas las heredades que poseían en Burriana, cuyas tierras seguían alcanzando, por levante, el mar. 

Por otra parte tenemos a los Templarios, que fueron el auténtico brazo de hierro de Jaime I en sus conquistas.

Cuando murió su padre Pedro II, siendo él todavía un niño, el Papa Inocencio III nombró como tutor al maestro del Temple Guillén de Montredón hasta su mayoría de edad. Desde entonces y durante toda su vida los Templarios fueron sus consejeros, asesores y compañeros de armas, acompañando a Jaime I en la conquista del Reino de Valencia. Fueron recompensados ampliamente con muchas posesiones. De la conquista de Burriana les donó la tercera parte de la población.

Los restos hoy existentes de la muralla son conjunto histórico-artístico.