Crónica: UNA VISITA A MORELLA

Día 1 de Noviembre, día de Todos Los Santos, día bien fresquito, pero unos moteros de tomo y lomo como nosotros no se amedrantan ante nada, y a pesar del fresco de la mañana nos fuimos a visitar Morella, capital de la comarca de Els Ports.

La ida la hicimos por Ares del Maestre. En esos kilómetros de carretera, desde la Pobla Tornesa hasta cerca de Ares, ahí, ahí es donde hace frío con la moto. Al llegar a Ares ya no se notaba tanto aunque cabe pensar que será porque las piernas ya están congeladas y no te enteras... será.

De Ares desvío a la derecha y directos a Morella, pasando por la espectacular vista de esta población que el paisaje nos ofrece poco antes de llegar a la N-232.

Morella, tan entrañable como siempre. Varios autobuses de excursionistas que llegan a la vez que nosotros. Tras la ya clásica foto con los "gigantes" lo que urge es el almuerzo y acompañarlo por el imprescindible vino, ese bendito zumo rojo de las uvas que calienta los cuerpos en minutos. 

Donde almorzamos? En Morella, la elección del lugar siempre me ha resultado un tema algo delicado, pero esta vez lo acertamos al 100%. Os lo recomiendo, almorzamos divinamente, unos superbocadillos hechos con pan del día, pero además de ese pan que hace música cuando lo vas a morder, y preparados con mucho esmero lo que hizo que estuvieran riquísimos. Acompañado esto por la bebida, aceitunas, nuestro morterito de ajoaceite, y los cafes según al gusto de cada uno. Y todo esto por un precio muy normal. Bueno, pues mira que bien que hemos encontrado el sitio en Morella para almorzar en las siguientes visitas. Como os había dicho antes totalmente recomendable para los moteros. Ah, y tuvimos el gusto de conocer a la simpática y servicial Gabriela, que nos atendió con mucha rapidez y con sus mejores deseos de que almorzásemos a placer. Desde aquí le mandamos saludos. El Bar está situado en la calle céntrica del pueblo, la que lleva a "los porchos" y, sin ánimo ninguno de hacer publicidad, se llama QueDeQue. No os lo perdais.

Ya almorzados y entrados en calor nos fuimos a dar un paseo por el pueblo, estaba muy animado, mucho personal de visita. Nos encontramos con quienes estaban tratando de vender números para una rifa acompañados por las dulzainas, cuya comitiva la encabezaba el toro que se rifaba. (Bueno, yo no compré ningún número porque con la mala suerte que tengo en el juego seguro que esta vez va y me toca... y a ver qué hago... jejejeje).

Visita a la magnífica iglesia arciprestal de Santa María la Mayor, de la cual os recomiendo que busquéis literatura sobre ella y leáis porque realmente vale la pena informarse sobre este bello monumento comenzado en el siglo XIII. Podría servir por ejemplo este enlace:  Morella, su arciprestal

Visita a las principales calles, a las murallas, aunque no a su castillo que queda para una siguiente ocasión.

La compra de los recuerdos de rigor y nos toca el regreso, son los comienzos de la tarde. Ahora, la vuelta la hacemos por la N-232, descendiendo el puerto de Querol, de 1.020 metros de altitud.

Hemos pasado una muy agradable mañana, que si bien el cielo en algún momento amenazó con llover no lo hizo, lo que nos permitió disfrutar mayormente del viaje.

Unas fotografías de la mañana: