DINERO y POLÍTICA

DINERO Y POLÍTICA

En las últimas semanas, ha sido muy frecuente  leer o intentar analizar por parte de mucha gente el absurdo o contrasentido de que los Bancos puedan obtener liquidez del BCE al 1% de interés, “con barra libre” para todos, para luego poder rentabilizar esa dinero a un 5 % aproximadamente suscribiendo Deuda Pública de cualquiera de los estados de nuestro entorno geográfico y político.

La verdadera y fundamental razón para tomar esa decisión, ha sido SALVAR AL SISTEMA FINANCIERO ESPAÑOL Y EUROPEO, es decir permitir la recapitalización de los bancos, que al menos en España, han sido obligados a comprar todas las Cajas de Ahorros, después de que en su intento de unirlas, se ha evidenciado que cuando se fusionan dos entidades arruinadas, lo único que se consigue es UNA ENTIDAD MUCHO MAS ARRUINADA.

Nuestra clase política, quiso mangonear toda la red de Cajas de Ahorros a través del poder municipal y autonómico, fuera del color político que fuera, y en su ineptitud y falta de sentido de gestión (suponiéndoles honrados, y no ladrones impunes) acabaron hundiéndolas y arruinándolas.

Una vez descubierto el pastel, el Gobierno de Zapatero quiso arbitrar unas medidas específicas españolas, y a través de fondos FROB impulsó la reconversión de las cajas obligándolas a fusionarse las mas arruinadas con otras presumiblemente sanas (las había muy pocas), y como consecuencia de ello las entidades resultantes salieron ya prácticamente fracasadas, y sin la solvencia necesaria para sufrir el envite del mercado.

El dinero seguía sin llegar al mercado……..simplemente porque no lo tenían.

Y el último paso que se está dando aún actualmente, es el de intentar obligar a los seis grandes Bancos ( que al haber estado muy bien gestionados y sin contaminación política en su manejo,  seguían saneados) a absorber tanto a las Cajas que quedaban por fusionarse, como a las ya fusionadas y  que habían evidenciado su incapacidad financiera para sobrevivir.

De ahí que entre esos grandes bancos de nuestro sistema financiero, no tengan más remedio que digerir el absoluto caos generado por un Banco de España, que no supo o no quiso cumplir son su misión de inspeccionar, analizar y vigilar la salud de las Cajas de Ahorros en su momento para evitar todo este galimatías.

Pues bien, esos Bancos que son empresas privadas con ánimo de lucro, ahora ponen sus condiciones para asumir esas responsabilidades, y por eso nos encontramos con casos como el del BBVA, que se ha quedado con UNIM (resultante de la fusión de varias cajas catalanas expoliadas, entre otras) por el valor simbólico de un euro, y con la condición de que el Estado (o sea todos los españoles) tendrá que responsabilizarse del 80% de las perdidas generadas por dicha fusión, en los próximos 10 años.

Y el caso del Sabadell con la CAM, no distará mucho en la terminología del acuerdo.

Y ahora se habla de acuerdos entre Bankia y Santander o LA CAIXA (ahora CAIXABANK) a la que se le presume una salud envidiable al ser la única o una de las pocas bien gestionadas, mientras no se demuestre lo contrario.

Quedaran en la recamara el Popular, Bankinter y quizás Banesto (si se lo permite el Santander), para comerse las tostadas-quemadas, que queden en la mesa.

Pero tanto unos como otros sólo lo podrían hacer en base a ese torrente de liquidez que les ha puesto en sus manos el Banco Central Europeo, y a esos márgenes de intermediación de un diferencial de un 4 % aproximadamente de promedio, para capitalizarse.

Imagino que la situación en España no debe de distar mucho de la del resto de Europa, ya que las financiaciones de los Estados a través de la Deuda Pública de todos ellos en toda Europa, había inundado y contaminado solidariamente a todos los bancos europeos, con todos los estados europeos, como se ha demostrado en los Bancos alemanes, belgas y franceses involucrados en unos importes desorbitados en Deuda Pública griega.

Por eso el Banco Central Europeo, no tenía otra alternativa que salvar a todo el sistema financiero europeo, si no quería que los Estados se declararan todos en QUIEBRA.

Porque si los bancos, asfixiados y sin liquidez empezaban a quebrar y derrumbarse como fichas de dominó, unos tras otros, su primer paso hubiera sido exigir a los Estados Europeos la amortización de la Deuda Pública de cada uno de los Estados en su poder, para poder subsistir y seguir operando, y en ese caso no sólo hubieran quebrado los bancos al no recibir esas amortizaciones, sino que hubieran ido a la QUIEBRA los Estados al no poder amortizarlas.

En definitiva, que la operación ha sido un “maquillaje perfecto”,  dentro de su imperfección, poniendo en marcha la maquina de imprimir euros, y como en estos momentos no hay “patrón oro” que deba amparar cada emisión de moneda, se pone en circulación toda la que se quiere sin mayor limitación que el sentido común de quienes tienen esa prerrogativa.

Y de ese modo, ni se arruinan los bancos, ni quiebran los Estados, y además siguen teniendo liquidez todos para poder seguir emitiendo Deuda Pública, y que la bola siga engordando, ya que a nadie le interesa que el globo reviente.

Ahora el problema es saber:

¿Cuando y como va a reventar, y cómo nos va a afectar a todos?

Ese es el enigma que queda encima de la mesa.

Yo me he limitado a exponerles mi punto de vista, primero desde una visión estrictamente española, con las causas y las consecuencias, y después desde la óptica europea, que por cierto nos ha venido muy bien a nosotros, los españoles para no sentirnos solos y abandonados, ya que de no haber tomado el BCE esa medida, se me hace muy difícil poder pensar cómo se habría podido solucionar el problema español, para poder tapar tan inconmensurable agujero, con nuestros propios medios.

Y ahora a trabajar todos bastante más, para recibir bastante menos por nuestro trabajo, ya que nos tocara en el “Nuevo Estado del Malestar” compensar el exceso de “Estado de Bienestar ficticio” que nos habían vendido en las últimas décadas.

Y quienes no estén dispuestos a aceptar esa situación, tienen que saber que no queda otra alternativa, esa….o el CAOS.

¡Que elijan!

Miguel Bataller