Cuando la reciente crisis trajo la lamentable y precaria situación económica le tocó también, como no, al Museo de la Naranja llegando el momento en que se dejaron de pagar los Seguros Sociales (con el posterior embargo por parte de la Tesorería), se dejó de pagar el sueldo a las tres empleadas (que por cierto en Septiembre se celebrará el juicio sobre la denuncia impuesta por éstas), la empresa de limpieza dejó de acudir por falta de cobro, la empresa telefónica les cortó el teléfono, y así sucesivamente hasta que ya hoy, en que ya se le ha cortado la luz, ni siquiera se pueden abrir las puertas para que el público lo visite,
Lamentable, pero no es otra cosa que algo más de lo que la avalancha de la crisis, agravada por la mala y muy discutible gestión de los poderes políticos, ha llevado a la ruina y posterior destrucción.
Hasta dónde vamos a llegar?. Que Dios nos pille confesados.
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