Estoy sentado ante mi ordenador, y ni yo mismo me creo como puedo ser tan atrevido, de pretender detectar en un pequeño de apenas seis años, el proyecto de un futbolista de élite dentro de unos 15 años.
Me parece de un atrevimiento excesivo el opinar así de una criatura que apenas le esta dando sus primeros puntapiés a un balón, pero les puedo asegurar que en una vida plagada de ver futbol desde benjamines hasta veteranos, nunca nadie me ha impresionado tanto como este hombrecito.
Antes de nada me permito presentar a este muchachito, que es hijo de Vicente García y de Eva Viñes, con lo cual los lectores de menos de 45 años le tendrán perfectamente localizado.
Para los de mi generación, les diré que es el nieto de Vicente García “El Vellano” y su esposa por un lado, y de Modestina Melchor, viuda de Viñes por el otro.
Así los de mi generación también podrán ubicarlo, aunque lamentablemente muchos de nosotros, quizás ya no podamos vivir la confirmación de mi presagio.
No importa, aunque preferiría poder ir y aplaudirle durante muchos años, para convencerme a mi mismo de mi ojo clínico, como ojeador de deportistas de élite.
Siempre he considerado, que para triunfar en el proceloso mundo del futbol hay que reunir unas condiciones naturales determinadas, disponer de un entorno feliz, tener la familia adecuada y sobre todo: SABER , PODER Y QUERER.
Marcos sin duda dispone de momento, del entorno adecuado en el equipo de los Salesianos de benjamines, y lo digo después de seguirles durante muchos partidos esta temporada tanto dentro como fuera de casa.
Van primeros destacados en su grupo, lo cual garantiza el optimismo y buen trabajo.
Tiene una familia que me consta que saben educarle como se debe de hacer a un chiquillo de su edad, motivándole dentro de lo normal pero sin agobiarle nunca, y poniendo tanto interés en su formación, como en su desarrollo deportivo
Forman un grupo de amiguitos muy bien integrados, en los que hay gente que apunta muy buenas maneras como pueden ser Alex Bernat, Jorge Alegre y Pablo Silles y Mario un portero con muy buena colocación y pocos fallos.
Un zurdito de oro, que la rompe cada vez que le pega cerca del área, que es Diego Muñoz, otros chiquillos de segundo año como Curro y creo que Paul, que se ven más curtidos, completando el grupo con tanta ilusión como los que más, esos suplentes de lujo de primer año, que suelen ser Hugo, Ibarra, Pau, un porterito suplente del que desconozco el nombre y lo siento mucho ,y mi nieto Oscar Miranda Bataller, que después de unos meses jugando aún no sé si es diestro o zurdo, porque le pega igual (de bien o de mal) con las dos piernas.
Pero sobre todos ellos, brilla en el terreno de juego con luz propia Marcos García.
Desde el primer día se pudo ver que tenía una soltura impropia de un crío de seis años recién cumplidos.
Se le ve que SABE mucho más de lo que suelen saber los niños de su edad.
Tiene imán para el balón, que parece buscarle a él, cada vez que sale de los pies de un jugador tanto de su equipo, como del equipo contrario, porque sabe desmarcarse para recibirlos y anticiparse para interceptarlos.
Añadiré sin temor a equivocarme que PUEDE, porque le he visto hacer un derroche de condición física en todos los partidos, y es muy raro verle descansar más de cinco minutos en ningún partido.
Dispone de una condición atlética muy buena, y parece uno de esos muñequitos de Duracel, cuyas pilas nunca se agotan, aunque en mi opinión una vez los partidos solucionados (normalmente con mucha participación suya) deberían darle algún respiro.
En veinte partidos lleva marcados cuarenta goles, y bastantes de ellos son lo que yo llamo los goles de Juan Palomo (yo me los guiso…y yo me los como) , ya que por su sentido de la anticipación, por su velocidad, por su especial habilidad para entrar como una bala en las defensas contrarias, es muy frecuente verle iniciar y acabar jugadas él sólo contra el mundo, pues sus compañeros por mucho que corran, lo hacen sin balón, con menos velocidad, que él con el balón en los pies.
Finalmente el último de los requisitos fundamentales, lo tiene de sobra.
QUIERE siempre, nunca le ves con los brazos bajados o entregado, disputa cada balón como si le fuera la vida en cada fricción con balón.
Yo le he visto llorar ante un estacazo de un jugador contrario…..pero seguir corriendo pese al dolor, y estallar en un arranque de rabia contenida, cuando el balón empujado por él besaba las mallas del equipo contrario.
Y no presenta el menor amago de “divismo”.
Es tan solidario como el que más en el campo.
Cuando cualquiera de los defensas cortan el balón al equipo contrario, indefectiblemente buscan a las dos referencias.
La defensiva Alex, para sacar el balón con sentido o la ofensiva Marcos, porque saben que hay grandes posibilidades de que pase algo de provecho para el equipo.
Y en las jugadas de estrategia (hablar de estrategia a los 6 años parece un sacrilegio) siempre, las saque Pablo que tiene buen tiro de derecha, lo haga Diego con la zurda e incluso si lo hace Marcos, siempre suelen buscar la potencia de tiro bombeado de Alex, para generar peligro en el área contraria, y una vez allí siempre se vera a este rubito, con el gatillo a punto para disparar, y por eso lleva tanto goles, porque es un pequeño diablo, que aparece por todo el campo….cuando menos se le espera.
En fin, este pequeño homenaje, va personalizado en la figura de Marcos, porque es el que me presenta muy pocas dudas que de no surgir lesiones importantes o elegir alguna carrera que le exija machismo esfuerzo estudiantil, llegará a jugar en la élite del futbol español, y de eso estamos muy necesitados en Burriana desde hace años.
Pero sus compañeros del Benjamin de los Salesianos, merecen una mención especial, porque hablamos de un deporte de equipo, y el equipo lo forman todos ellos.
Después de Canos, Planélles y Carlos Conde, tan solo recuerdo a David Franch como jugador de Segunda División recientemente, entre los nacidos en Burriana.
Actualmente destaca poderosamente Ramón Bueno como internacional Sub17, del que me hablan muy bien, aunque no he tenido la oportunidad de poder verle en acción, pero me encantará verle triunfando ya que cualquier éxito de un ciudadano de Burriana, me llena de satisfacción, y en ese caso más por el afecto que siento por sus abuelos maternos.
Pero nunca podría decir en el futuro que aposté por Ramón siendo un niño de seis años, ya que ni le conocía ni le he visto jugar hasta ahora, que ya esta a medio hacer.
Sin embargo si me atrevo a hacerlo con Marcos (como lo hice con David Franch hace unos 18 años y su padre Vicente lo puede confirmar) porque eso si es un riesgo, y esos riesgos me encantan.
Le recomiendo a Vicente, el padre de la criatura, que se guarde una copia de esta columna, para reprocharme mi poco “ojo clínico” dentro de 15 años, o para que me recuerde como el “primer profeta profesional” de este jovencito , nacido para triunfar, gracias a su genética y a la educación que habrá recibido
Felices Pascuas lectores, y hasta la próxima.
Miguel Bataller
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