LEY DE INCOMPATIBILIDADES SALARIALES PARA POLITICOS Y SINDICALISTAS… !POR FAVOR!
Llevo ya varias semanas intentando aportar ideas que en mi
opinión paliarían o solucionarían en parte, muchos de los problemas que acucian
a lo que queda de España.
Son lo que en mi juventud se solían llamar “Las verdades del
baquero” por su evidencia y la coincidencia general entre la opinión publica, y
pese a ello no se hace nada, ya que no
hay peor sordo que el que no quiere oír, ni mayor ciego que el que se empeña en
no ver.
Aunque estoy convencido de que mis observaciones y
recomendaciones van a caer una vez más en “saco roto”, me permito plasmarlas en
esta columna de opinión, en cumplimiento de un deber ciudadano que no quiero ni
he querido nunca eludir.
Y esta semana mis “dardos envenados” una vez mas irán
dirigidos a los mismos de siempre, pero sin diferenciar colores ni tendencias
políticas, porque la situación que voy a
denunciar les concierne a todos, y ninguno ha querido poner remedio a algo tan inmoral como evidente.
Antes, en los tiempos de bonanza donde “había de todo para
todos”, era una inmoralidad y un hecho denunciable aunque muy pocas veces se
denunció.
Hoy en plena ruina económica de muchos millones de
ciudadanos, es sencillamente un “delito de lesa Patria”, aunque estoy
convencido de que ni van a juzgar a nadie ni a condenarle, ya que “perro no
come carne de perro” y de estos beneficios comparativos no escapa casi ninguno
de nuestros representantes políticos ni sindicales.
Me refiero a algo tan elemental, como la LEY DE
INCOMPATIBILIDADES, que debería regir como el primero de los códigos
deontológicos entre nuestras castas mencionadas, y que ellos ya se han
encargado de obviarla, para evitar sufrir sus consecuencias.
Esa Ley, sí existe y está en vigor para Funcionarios o Empleados Públicos, limitándoles la
posibilidad de ejercer sus funciones profesionales, una vez cobren de los
Presupuestos Generales del Estado o de las Autonomías en los casos de materias
descentralizadas.
Sin embargo en una situación tan delicada como la actual, es
frecuente ver el caso de muchos políticos y sindicalistas, que perciben
ingresos de procedencia muy diversa y todos ellos debidamente legalizados y
publicados sin el menor rubor.
E incluso muchos de esos ingresos, están sujetos a un
régimen fiscal especial e incluso en bastantes casos exentos de fiscalidad.
Curiosamente esa pandilla de personajes singulares que
tienen en sus armarios una colección completísima de disfraces, para acompañar
a los mineros en su entrada a Madrid con disfraz de minero y el pañuelo rojo al
cuello (y un reloj Breitling valorado en muchos miles de euros en la muñeca,
que olvidó de quitarse), o a los pocos días junto a los funcionarios de
sanidad, con sus batas blancas o verdes, y al siguiente con los de educación
reivindicando sus derechos menguados, o junto a los trabajadores de las
Televisiones Autonómicas por los ERES (de los que ellos cobraran las
correspondientes comisiones cuando indemnicen a los trabajadores) y en
cualquier otro momento que la situación lo requiera, saldrían gustosos a la
pista de un circo reivindicando los derechos de los “saltimbanquis” sin el
menos rubor , a fin de dejarse ver y justificar sus muy variados ingresos,
nunca les he visto manifestarse o exponer a la opinión pública algo tan
sangrante como el hecho que denuncio.
¿No consideran Vds. que sería mucho mas honesto e
inteligente pedir a nuestra clase política que legislara de forma que, ningún
cargo político ni sindical pudiera obtener ingresos de más de una fuente de las
que sale el dinero del Estado?
Ya no hablo del nivel retributivo, sino de dignificar a
nuestros representantes electos (auque a los sindicalistas apenas les eligen un
5 % de los trabajadores) y que ellos eligieran libremente el sueldo que quieren
seguir cobrando, renunciando a los demás.
Con el dinero que nos ahorraríamos (habida cuenta de que
tenemos casi medio millón de políticos y sindicalistas) se podrían emplear a
casi un millón de personas que hoy están en el paro, y que pasarían a pagar Seguridad
Social en vez de cobrar paro.
O en el peor de los casos, si no fuesen puestos necesarios,
no se cubrirían, y nos evitaríamos un gasto superfluo.
No lo consideren una exageración.
Si tuvieran la honradez de hacer un catalogo estadístico de
los políticos españoles que viven de los Presupuestos Generales del Estado y de
las Autonomías, Diputaciones y Municipios, así como de las Televisiones
Publicas y Sociedades Públicas nacidas y crecidas a su alrededor, como “cajón
de sastre” de enchufes y colocaciones de parientes o compañeros de partido, así
como de los diferentes sueldos, dietas o comisiones por asistencias a Consejos
de Administración de todas ellas, o incluso de empresas privadas que de ese
modo les están pagando favores recibidos, nos indignaríamos por los abusos que
se cometen.
¿Por qué nuestros representantes políticos, no deben de
someterse a las mismas normas fiscales y de conducta del resto de los
españoles?
¿Quién les inviste de ese “toque de distinción” que ellos
mismos se otorgan, para blindarse todos sus privilegios?
Recientemente ellos mismos catalogaron en 4.000 el número de
empresas públicas que habían surgido en pocos años, y ante el clamor popular se
comprometieron a cerrar a corto plazo 600.
De momento hace apenas una semana, sólo se habían cerrado
dos, es decir en tres meses, apenas el
0,33 % de las que se comprometieron a cerrar.
Yo, echo de menos a Tocho, Méndez y sus acólitos organizando
una manifestación para acabar con toda esa “mamandurria”, así como a todos los
partidos del arco político parlamentario o extraparlamentario.
Vana ilusión.
Ellos seguirán culpando a Merkel, al Banco Central Europeo y
si hace falta al Papa de Roma, pero nunca reconocerán que ellos y sólo ellos
son los responsables de meternos donde nos han metido (los unos) y de no querer
sacarnos (los otros) por no perder ni unos ni otros unos privilegios
insostenibles en un país pobre como es hoy España.
Y es pobre, porque ellos y sólo ellos han malversado y
dilapidado un patrimonio de todos los españoles, sin orden ni concierto.
Y encima ahora, a la hora de afrontar la situación no tienen ni siquiera la dignidad de
reconocer sus errores, y emprender la tarea común de salvar lo que se pueda.
Esa labor se la van a dejar para que la lleven a cabo quienes
nada tuvieron que ver con crearla, ni podrán saber como resolverla…….., si
ellos (nuestra clase política y sindical)
no renuncian, a todos los privilegios que se otorgaron a si
mismos.
¡Con lo fácil que sería dar ejemplo!
Miguel Bataller.
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