RECUPERAR LA DIGNIDAD DE SER ESPAÑOLES
Quienes hayan seguido mis artículos en los últimos siete años, saben muy bien mi constante lucha casi obsesiva, por saber y averiguar las razones, los motivos y los autores intelectuales y reales del asesinato masivo de casi doscientos españoles el 11 DE MARZO DE 2004.
Siempre he insistido que mientras no se aclare ese magnicidio, la dignidad de España como nación y como Estado quedaría en entredicho.
El vergonzoso juicio que nos hicieron vivir en su día, no fue mas que un montaje destinado a tapar y encubrir la verdad, esa verdad que acabará avergonzando a todos los que de buena o mala fe, han querido echar tierra encima del tema y mirar hacia otra parte.
Me he cansado de decir que mientras no se aclare, todos los españoles estaremos en peligro de ser asesinados con la misma impunidad y alevosía que lo fueron las victimas del 11M., si con ello algunos desalmados consideran que les puede ayudar a conseguir sus objetivos políticos o de cualquier otro tipo.
En los cuatro primeros años, entre el 2004 y el 2008, no fueron pocos los españoles que como yo, escribieron y denunciaron las anomalías que iban detectando, pero se fueron cansando a partir de la segunda legislatura del zapaterismo, convencidos de que el poder político con su riguroso control del poder judicial, iba a impedir cualquier investigación que se centrara en averiguar la verdad.
Habían dado carpetazo al asunto con la sentencia que se emitió oficialmente, y se conformaron con eso.
Yo no.
Y ahora me he llevado una inmensa alegría, cuando de nuevo El Mundo (el mismo medio de comunicación que acabó con el felipismo, al denunciar y perseguir hasta la extenuación el caso GAL), ha empezado a poner en conocimiento de la opinión pública los abundantes datos obtenidos de los tres “testigos de cargo” que permitieron juzgar y condenar a Jamal Zougam.
Según todos esos datos, aquellos jueces condenaron a un inocente a 40.000 años de cárcel, en una sentencia que acabará avergonzando a quienes la dictaron.
Todo va a depender de la decisión política que tome el Partido Popular una vez instalado en el Gobierno.
Me congratuló ayer leer a González Pons diciendo que “iban a llegar hasta el final” en el análisis de los acontecimientos desarrollados alrededor del 11M.
Simplemente con los datos aportados con todo tipo de detalles por El Mundo, en referencia a los testigos protegidos J-70, C-65 y R-10, y estudiando la sentencia, los inconvenientes puestos por la judicatura para que comparecieran a declarar algunos de ellos a requerimiento de los abogados defensores de Zougam, sin motivos suficientes , dan pié a pensar que algo no estaba claro en aquellos momentos.
Siempre he opinado que una simple persona era imposible que hubiera planificado organizado y llevado a término la masacre, si no contaba con una logística y un apoyo tecnológico preparadísimo.
Dicen que “por humo se sabe donde está el fuego”.
Pues bien, si yo quisiera averiguar la verdad de lo sucedido, empezaría por hacerme un listado de todos los responsables de las fuerzas del orden encargados de custodiar las muestras que se destruyeron, y de sus superiores jerárquicos, para llegar por el hilo…… al ovillo.
Analizaría de todos ellos, quienes fueron promocionados o condecorados con medallas retribuidas económicamente, y estudiaría profundamente los expedientes que se barajaron para la concesión de esas condecoraciones.
Y procedería exactamente igual con los estamentos judiciales que tomaron parte de una forma u otra en el Juicio, en la instrucción del mismo, y en su sentencia.
Averiguaría uno a uno todos los detalles de los anteriormente mencionados “testigos de cargo”, y del porque un día no se les reconocía su condición de victimas del atentado, y poco después se cambiaba el criterio, y no solo se les reconocía como tales a alguno de ellos, sino que se incorporaban a algunos parientes y se les indemnizaba con los importes máximos permitidos.
Todo eso lo ha publicado con absoluta claridad El Mundo, después de una labor de investigación encomiable, tanto en España, como en Rumania, donde viven ahora con toda impunidad unos señores que aparentemente vendieron sus testimonios aportados al juicio, y no tienen ahora el menor inconveniente en reconocerlo al Mundo.
Las “chapuzas”, al igual que ocurrió con los GAL, han ido dejando huellas por donde han pasado, y de eso debe de aprovecharse el nuevo Gobierno, si realmente quiere investigar, para devolvernos a todos los españoles, el orgullo de serlo, sin tener que avergonzarnos.
Han de ser justos y objetivos, lejos de todo partidismo, pero si MUY COMPROMETIDOS CON LA JUSTICIA , porque solo devolviéndole a la JUSTICIA SU INDEPENDENCIA, podrán demostrarnos su honradez.
Y para eso, cueste lo que cueste, y pase el tiempo que pase, tienen que recomponer las altas instancias de la JUSTICIA y permitir que sean elegidas por los mismos jueces, sin la menor contaminación política.
Va a ser difícil y costoso, pero a la vez la historia le agradecerá al gobernante que lo haga, ese papel de ADALID DE LA DEMOCRACIA , después de mas de veinticinco años de gobiernos sucesivos del PSOE y del PP, en los que la JUSTICIA , solo ha sido un juguete de los políticos, que la han utilizado, manipulado y prostituido, hasta extremos insospechados.
Hay que recomponer los actuales Tribunales Supremo y Constitucional, para descontaminarlos de su politización.
E imagino que como en esos dos, hay que evitar en todas las instituciones jerárquicas judiciales, la manipulación política.
No quiero extenderme más, pero en sucesivas columnas les iré comentando mis percepciones y mis opiniones.
Un saludo muy especial a Juanvi, lector habitual de mis columnas de opinión, que en alguna ocasión me había invitado a ser mas claro en mis exposiciones.
No podía serlo, porque sólo se trataba de mis impresiones y deducciones, sin datos fehacientes que avalaran lo que yo presentía.
El Mundo, ha aportado material abundante en apoyo de mis opiniones, y no me cabe a menor duda de que seguirá aportándolo.
De momento, con lo explicado por Casimiro García Abadillo, hay razones más que suficientes, para reabrir el caso.
Sólo queda por saber la “voluntad política” de Rajoy para hacerlo, y llegar al final.
No me sorprendería en absoluto, que lo iniciara…..para luego frenarlo, llegado a un cierto punto.
Podría topar con instituciones impensablemente secretistas, que estuvieran involucradas en el asunto, y no atreverse a dar el último paso por prudencia o por sentido patrio.
Nada de eso me sorprendería.
Pronto lo sabremos.
Migue Bataller
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