Uno de mis placeres es pasar observando el mundo mientras me
deambulo con mi buen amigo Sultán por estas medio dormidas calles de mi ciudad,
o mientras ando de aquí para allá para cumplimentar algún asunto. Y os voy a
contar lo que tuve ocasión de presenciar ayer tarde. Sólo os lo contaré sin dar
una opinión porque cada cual sacará, y si lo desea, aportará la suya.
Mientras mi querida y nunca bien ponderada esposa estaba en
el interior de un comercio, gestionándose algo... que caramba! estaba viendo
modelos de monturas de gafas para agenciarse unas nuevas, pensé que como de
normal la cosa iría para largo mejor me sentaba en la terracita de una
cafetería tomando algo mientras esperaba. Mi fiel compañero se echó a mi lado
en el suelo. Quienes pasaban miraban la bonita imagen que tenía Sultán y que
recordaba a los leones de la escalinata del Congreso de los Diputados, salvando
las distancias, claro.
En la mesita de al lado se sentaron otras dos personas para
conversar alrededor de sendas tazas de café, uno de ellos dueño y empleado
único de un establecimiento muy cercano, el otro algún amigo o conocido.
A unos momentos llega un señor que se dirige al citado dueño
de comercio diciéndole que viene a recoger la pieza que le trajo para su reparación.
La respuesta que obtiene desde detrás de la infusión fue Mire ud de volver
mañana porque es que no he tenido tiempo ni de mirarla.
Quedé estupefacto, pero es que no pude evitar oirlo, estaban
en la terracita a metro y medio de mí. Vuelva ud mañana, pues no ve que estoy
tomando café y charlando con un amigo... vuelva ud mañana... país!!!
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