En la madrugada del 16 de abril de 2014, he tomado unas fotografías de la Luna llena y ésto me ha dado pie a escribir el relato con que las acompaño.
EL BESO DE LA
LUNA. La leyenda de Selene
En la
mitología griega Selene, diosa de la Luna, fue protagonista de muchas historias
de amor. Hermana de Helios, el Sol, y de Eos, la aurora. Su romance más hermoso
y profundo fue el que tuvo con Endimión, de origen divino, nieto de Zeus.
Endimión,
que había ocupado el trono de Elida, fue destronado y buscó refugio en el monte
Larmos dedicándose al pastoreo y a los astros, enamorándose de la Luna, única
compañía en sus noches de soledad.
Al llegar la noche caía en
un reparador y profundo sueño en la cueva que habitaba, aunque si el tiempo era
bueno gustaba de dormir desnudo junto a la entrada de su cueva, al aire libre.
Desde allí contemplaba a Selene y nutría su corazón con el amor secreto que le
profesaba, hasta caer dormido.
Selene no
sabía nada sobre lo referente a ese amor pero una noche bajo a la tierra, le
vio dormido y desnudo y le amó.
Desde entonces le visitó todas las noches, le encontró siempre dormido, y se
recostaba junto a él sin despertarle. Así, dormido él y despierta ella, se
amaron por mucho tiempo. Cincuenta hijos tuvieron.
Selene ignoraba el amor y la fascinación que
despertaba en el pastor y el pastor ignoraba que durante sus sueños se
convertía en el objeto de amor de la diosa. Y así fue hasta que una noche
Endimión despertó en pleno acto de amor. Y de esta forma fue como supo que la
diosa Selene, a quien él adoraba, también se había enamorado de él y que le
había convertido en su amante. Ante el descubrimiento de tal coincidencia la
felicidad les envolvió aunque al mismo tiempo nació en Endimión el temor de que
Selene se cansara de él y lo abandonara, pues se estaba haciendo mayor. Le pidió
a Selene que le concediera la juventud eterna. Ella intercedió ante Zeus que
decidió que no sufriría el paso del tiempo mientras estuviese dormido, sólo
cuando fuese de día y estuviese despierto, pero despertaría siempre feliz,
aunque cuando despertaría sería por el día y Selene, la luna, no estaría y ya
no podrían amarse.
No sabemos cómo pero Selene se las ingenió para
llevarse consigo a Endimión a sus dominios de la noche, a la luna, de tal forma
que siempre estarían cada uno a la disposición del otro, donde en el astro de
la noche nunca envejecería.
Y ahora, que me preguntabas quienes son los dos
amantes que hay en la Luna, ya te puedo responder, y puedes deducir, que se
trata de ellos, de la diosa Selene y de su amante Endimión que estarán amándose
para siempre.
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