Los moteros somos unas gentes especiales, somos aquellos a quienes muchas veces no les importa el dinero que gastamos a cambio de hacer un bonito viaje en moto hacia un lugar en el que está asegurado que va a haber una buena fiesta en la que todo ha sido preparado para que el forastero asistente lo pase muy bien, y pasarlo muy bien junto con él (aunque nunca a costa de él) para que vuelva en la próxima ocasión y hable muy bien del lugar, algo que es fundamental si se quiere que esa fiesta sobreviva a pesar de tantas y tantas otras que se realizan a lo largo y ancho de la geografía no sólo nacional. Para ello hacen falta unas cuantas premisas de todos sabidas, cuya omisión es la que puede llegar a hundir los eventos.
Nuestra asistencia el pasado año a la Fiesta de Más Carretera de Alcázar de San Juan fue de un resultado espectacular, pero no la de este año. También ha habido falta de participantes, algo así como la mitad, seguramente ha influido también la crisis. Hace un mes aprox. se organizó otra fiesta, esa vez con motivo de la solidaridad con los enfermos de cáncer, lo cual podía haber hecho que a ésta acudiese ya menos gente. Pero preguntado un establecimiento cercano al lugar de la celebración sobre si la aquella fue la que se llevó al personal me comentaron que también había estado muy floja de asistencia. Algo falla. Algún directivo daba la impresión de estar algo así como un poco endiosado y a los miembros del club, que según él mismo, apenas colaboran en nada no se les vio mucho el pelo. Desde la llegada no se respiraba lo mismo del año anterior.
La cosa viene estando centralizada en el Rolling Rock, Bar Café con muy bonita decoración en el que el viernes noche tuvimos la actuación de Marcos Elvis, que estuvo como nunca lo había visto antes, se está convirtiendo en en un auténtico Showman además de seguidor fiel de Elvis, es decir que ahora con él disfrutamos de la música del rey del rock y del espectáculo en que convierte sus actuaciones. Muy bien por Marcos en superpositivo. Puede que lo mejor de esta Fiesta Motera. Dicho sea de paso Mónica estaba espectacular. En esa noche, mientras el personal ya cenaba por su propia cuenta de bocadillo en el Rolling, se estuvieron preparando unas gachas viudas manchegas que por problemas llegaron bastante tarde. A lo largo del finde, en el interior y exterior del Rolling Rock continuamente actuaciones de grupos rockeros. El Rolling Rock sigue estando a la altura que le corresponde.
Moteros lejanos que conocimos el año anterior tampoco estaban, sólo los de distancias relativamente cortas. A un motero del Chapter de Cádiz me acerqué para ver si me daba noticias de uno de los buenos amigos que en Cádiz hice cuando allá estuve, pero aunque gaditano era vivía aquí en la zona por lo que no pudimos hablar del referenciado amigo. A las 9 de la mañana del sábado inscripciones y desayuno, chocolate con churros, algo típico de la zona, y sobre las 11 de la mañana salida rutera en la que nos llevaron a tomar una cerveza a un bar de El Toboso. El Toboso como todos sabeis es el pueblo de origen de Dulcinea, la dama de El Quijote, y en la que supuestamente fue su casa hay un museo referente a ello, que cuando pasamos por delante estaba abierto, lástima estar a 400 km de nuestro origen, pasar por la puerta de algo tan importante de la cultura literaria española y pasarlo de largo. Después y siguiendo unas carreteras en bastante mal estado, por las que se corría un cierto riesgo por ser carreteras muy estrechas y con muy mal firme, fuimos a parar a una de las Lagunas de Villafranca de los Caballeros, de las tres que tiene, a la que acude personal de Madrid a tomar los baños pues su cieno parece ser beneficioso para el cuerpo. El tiempo para otra cerveza en una cafetería de Alcázar y regreso a la base. Asistencia a la ruta? mucha, como ya sabeis a las rutas (que siempre son gratuitas) acuden motocicletas y hasta ciclomotores que no están inscritos a la fiesta, aumentando el peligro de algún percance que en caso de darse tampoco sé si estaría cubierto por el seguro obligatorio de responsabilidad civil que se exige a estos actos, que se da por supuesto que estaba contratado. Bueno, hasta un joven muchacho que andaba haciendo el caballito con su Vespino (para los lectores de otros países os aclaro que el tal Vespino es un pequeño ciclomotor con pedales de bicicleta y tracción a la rueda trasera por correa y variador centrífugo, impulsado por un motor de 50 cc y que su velocidad real es de 50 km/h), con el consiguiente riesgo para quienes tenía cerca.
Para la comida se fueron sirviendo bandejas de compartimentos que llevaban ensalada de pasta y guiso de carne, pan y cerveza. Postre un pequeño helado de tarrina que apenas a nadie gustó. Para la tarde a eso de las 19 horas una ruta por la población visitando un par de bares, lo cual hizo que entre mañana y tarde completáramos 100 km, y a por la cena en una pequeña terracita apenas sin sillas ni mesas en la que nos suministraron una bebida y o un bocadillo frío de plancha o una mini pizza. Tras ésto algunos decidimos acercarnos a la magnífica Terraza de la Cafetería contigua, conocida como Cartelera, en donde cómodamente tomamos un refrigerio a nuestras anchas.
Los que nos quedamos en Cartelera acudimos después a la base, en donde se estaba haciendo un sorteo de las cosas típicas ofrecidas por los sponsors, tomamos unos refrescos y despidiéndonos de quienes la educación nos indicaba nos fuimos a dormir, pues al día siguiente nos esperaban otros 350 km aprox de vuelta a casa. Eso sí, si sólo contamos los 10 euros que costó la inscripción es barato, barato en cuanto a que a cada uno por su cuenta le hubiese costado algo más, pero si sumamos lo gastado en los vehículos, en el hospedaje, en los gastos del desplazamiento del día de ida y del de vuelta y la inscripción hubiese sido preferible gastarlo en una concentración de las buenas, buenas, que se celebran en muchas partes de este país.
Temprano, con todo ya preparado, salimos a desayunar y a eso de las diez emprendimos el regreso. El viaje fue bueno, sin incidentes. Acababan ahí 860 km de desplazamiento que en el año anterior habían dejado un magnífico recuerdo.
El ser freebiker y no admitir que nadie compre mis artículos con regalos trae estas cosas. Cuando una cosa está muy bien hay que pregonarla a los cuatro vientos pero cuando algo no está tan bien hay advertirlo a los lectores para que no sientan que los he engañado con mis crónicas, que ya son muchos los que me vienen diciendo que leyéndolas y viendo que son ecuánimes se basan en ellas para posteriormente asistir o no a los sitios que relato. Gracias a todos ellos. Sois uno de los motivos principales por los que me tomo estas faenas gratuitas pero agradables de fotografiar y relatar, que me cuestan tiempo y dinero, pero que sean por el bien del mundo motero. Trabajos que gracias a los lectores, a este medio, a las redes sociales y a otros medios que cada vez más brinda internet son conocidos por medio mundo.
Os voy a dejar con unas fotos resumen:
Buenas noches GUILLERMO.
ResponderEliminarPor lo que veo estais imparables, en cuanto teneis una oportunidad cogeis la moto y acudís a un evento.
Estupenda crónica, bien relatada y bien retratada.
Un saludo.
Así tratamos de hacerlo y de dejar constancia de la impresión causada por el evento.
EliminarSaludos.