1º DE MAYO: “DIA DE LOS QUE SOLO TRABAJAN ESE DIA”
En mi juventud, el primero de mayo era para los creyentes el
día de San José Obrero, y para los trabajadores agnósticos, la Fiesta Del Trabajo.
Los primeros la consideraban una fecha más de precepto, y
los segundos pertenecientes al mundo
laboral, solían ser reunidos normalmente en Madrid, en el Estadio Santiago
Bernabeu en una Manifestación Sindical
del franquismo, con abundantes exhibiciones de bailes regionales cuyo
único objetivo era pasar el baño de incienso habitual al sindicalismo vertical
y a los dirigentes del momento.
Se ponían autocares, se daban bocadillos y refrescos a los
participantes que solían madrugar para salir desde cualquier punto de España, y
regresar a última hora de la jornada, desde
la capital del Estado a los puntos de destino, en un ambiente pacífico,
festivo y agradable, sin gritos de protesta ni quejas innecesarias, porque
todos estábamos acostumbrados a trabajar seis días a la semana y muchos hasta
siete para progresar y mejorar nuestras condiciones de vida, si ello fuera
necesario.
Era un día de Paz y Tranquilidad, hasta mediados de los años
setenta.
Los tiempos han evolucionado de forma y manera que en la
actualidad, los que suelen manifestarse son los Delegados Sindicales y
Liberados, que durante todo el año abusan de sus compañeros de trabajo al
obligarles a llevar a cabo el trabajo que ellos no hacen, amparándose en una
legislación laboral que les permite disfrutar de un numero determinado de horas
al mes, para dedicarlas a solucionar lo problemas de sus compañeros, y ellos
habitualmente los invierten como mejor les parece, sin que nadie controle sus
actividades durante ese tiempo en el que se ausentan de sus puestos de trabajo.
Los autobuses y bocadillos siguen pagándolos los sindicatos
del momento, al igual que los bocadillos y cervezas, pero a estas
manifestaciones, no van los que trabajan, sino aquellos que durante todo el año
no dan un palo al agua, porque su única obligación es presentarse puntualmente
cuando sus jefes les reclaman su presencia en huelgas o en las manifestaciones
del 1º de mayo.
Como de esa especie, en España abundan ante la indiferencia
desinteresada de la derecha, y la utilidad para sus fines de la izquierda, la
presencia de algunos miles de manifestantes está siempre garantizada.
Luego es suficiente contar con la indecente complicidad de
los medios de comunicación afines, para multiplicar por quince o por veinte el
numero de asistentes, y si como este años era un día plomizo y lluvioso, los paraguas
permitieran ocupar un espacio en muchos lugares que hiciera creíble el
despropósito que esgrimían.
La Paz y Tranquilidad de antaño, se convierten en algaradas
callejeras, tras unas macro pancartas en
las que se denigran a los empresarios que les facilitan los puestos de
trabajo que no desempeñan y les pagan un
dinero que no se ganan.
Y ante el evidente descenso de empresas, al mismo ritmo que
se multiplican los puestos de trabajo funcionariales, es moda cargar contra los
Gobiernos (claro que eso se hace sólo cuando gobierna el centro-derecha),
procurando conservar todos los privilegios conseguidos por sindicatos y
sindicalistas.
En el colmo del cinismo, este año las “huestes
rubalcabreras” estaban encabezadas por un tal Valeriano Gómez, ex Ministro de
Trabajo al que le cabe el honor de haber acumulado el mayor número de parados
de la Historia de España hasta su salida del Gobierno.
Este señor, en un alarde de habilidad política y sindical,
tuvo el arte de encabezar una huelga que
pretendía ser contra el Gobierno, pero cuyos textos siempre se dirigían contra
el empresariado, y a los poco meses tener que recibir él mismo como Ministro de
Trabajo, otro simulacro de huelga por las mismas razones.
Es decir, que por activa o por pasiva ha sido vedette de los telediarios, junto a
Méndez, Toxo y Cayo Lara.
Unos millonarios defensores de los trabajadores, que se han
esmerado en la destrucción de las empresas que debían de facilitar el trabajo a
los españoles, mientras ellos lucen relojes de lujo y llevan una vida de la que
tienen motivos más que suficientes para avergonzarse.
Tanto socialistas, como comunistas y sindicalistas, en las
últimas semanas cuando han recibido reproches del PP, referentes a la situación
en la que habían dejado a España, han contra atacado comentado la
“extraordinaria herencia” en Educación y
Sanidad, que recibió Rajoy de ellos.
Yo les argumentaría, que era una “herencia tan envenenada”,
como la que le deja un padre a su hijo al morir, si es un palacio valorado en
muchos millones, comprado con crédito bancario y del cual ni siquiera se ha
pagado el primer plazo de capital ni intereses, y encima no existe “dación en
pago” posible.
Ninguno de nuestros acreedores internacionales, aceptaría para cancelar la
deuda, que se le entregara ni nuestra estructura educativa, ni nuestro sistema
de salud, cuyo costo es inaccesible para cualquier estado, por eso precisamente
nadie se lo puede permitir, ni Alemania, ni Francia ni de lejos EEUU.
Pero estos pobres diablos ladran….por no rebuznar.
La imposibilidad manifiesta de poder cubrir los costos de
mantenimiento de Educación y Salud en España, son la prueba evidente de que
hablar de nuestro “Estado de Bienestar” es lo mismo que hablar del sexo de los
ángeles.
Ni existe, ni puede existir por mucho que la demagogia de la
izquierda, quiera venderlo como un logro propio, cuando lo único que han hecho
ha sido acabar con él.
Y como colofón, y
para certificarles mi opinión sobre el
actual sindicalismo en España, que es pura bazofia, les remito dos
informaciones puntuales:
1) Traten
de leer la columna del maestro de
periodistas D. Luis María Anson, en la
página 2 del periódico EL MUNDO, del jueves 3 de mayo del 2012, titulada CANELA
FINA.
Entre
bromas y veras, tendrán una radiografía muy aproximada a la realidad.
2) Por
mi parte, les transcribo exactamente, un e mail recibido de un contacto
andaluz, que me habla de la experiencia de su hija, esta misma semana.
“Mi hija trabajaba para la UPA
(Unión de Pequeños Agricultores) y el pasado lunes al ir a trabajar su jefe la
llamo a su despacho comunicándole, que por la tarde ya no fuera a trabajar.
Que escribiera ella misma su
carta de despido.
Había llegado una compañera del
partido, y no pudo hacer otra cosa que despedirla para meter a esa chica,
argumentándole que “había que cambiar el aire”.
La chica llevaba cuatro años
trabajando para ellos, pero cambiándola de empresa cada periodo de tiempo
breve, para que no tuviera derechos adquiridos, y poder despedirla como lo han
hecho cuando les saliera de sus reales partes.
El entramado de empresas
ficticias que ellos tienen, les permite cambiar al personal de empresa y así
nunca tienen antigüedad, de forma que mi hija ahora está de vacaciones, y
cuando terminen se le acaba el contrato, con lo cual no tienen que pagarle el
finiquito.
Esos son los sindicatos que
después se van a las manifestaciones y huelgas, pancarta en mano, en defensa de
los intereses de los trabajadores, que son explotados por los empresarios.
Son auténticamente “cínicos de
pancarta”.
Eso es lo que hay en Andalucía y
todos callados por miedo al despido.
Ganan poco, ni pagas extras, ni
antigüedad ni nada de nada, en las empresas gestionadas por el socialismo
ugetista andaluz, (parece que en las de los comunistas de CCOO ocurre tres cuartos de lo mismo) pero
tienen trabajo y por eso no se atreven a hablar, porque el que habla, no sale
en la foto.
En fin Miguel ya tienes más
materia para tus columnas y tertulias radiofónicas.
Por cierto, en Andalucía no dejan
que se escuchen las emisoras de “Es radio”, ya que la Junta de Andalucía les
tiene vetados.”
La transcripción es literal,
aunque me consta que mi contacto suele sintonizarnos por Internet en
“EstadioCastellon.com”, en el 92.5 porque me lo comenta a veces.
Les aclaro por si no lo saben que
UPA, es una organización sindical que pertenece al entramado de UGT, es decir
al sindicalismo socialista.
A partir de toda esta
información, cada cual puede formarse su propio criterio.
Yo el mío ya hace muchos años que
lo tengo formado.
Los sindicatos, como correas de
trasmisión de los partidos, son “el cáncer de la sociedad”, ya que destruyen
toda una economía productiva y tratan de promover al Estado como el mayor de los empresarios,
ya que a través de su infiltración en los centros de decisiones políticas, van
situándose estratégicamente y multiplicando los puestos de trabajo
improductivos, y por ese camino, solo se llega a la “ruina del Estado” que es
donde nos encontramos ahora gracias a ellos.
Y se llaman a si mismos paladines
del “Estado del Bienestar”.
MIGUEL BATALLER
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