Me sorprende cada vez más, leer en todos los medios de comunicación y oír en los radiofónicos y televisivos, que la presente situación de crisis económica, se solucionaría simplemente dando los Bancos y entidades financieras mayores facilidades crediticias.
Eso en algunos casos, podrí ser un balón de oxigeno momentáneo para determinadas empresas en cortos períodos de desequilibrio financiero, pero en ningún caso sería la panacea para salir de la crisis.
En mi opinión, serviría en la mayoría de los casos, para alargar la agonía pero nunca para devolverle la salud a las empresas en esas circunstancias.
Las presente situación, no tiene una motivación COYUNTURAL, sino ESTRUCTURAL.
En los últimos cuarenta años, hemos asistido a un proceso de descomposición, paulatino pero devastador de la infraestructura empresarial de España.
Entre los años sesenta y setenta y cinco del siglo pasado, cuando se produce mi incorporación al mundo laboral y empresarial, puedo dar fe de que el concepto de Empresa de aquella época era radicalmente diferente del actual.
Todos los estamentos de la empresa, remaban juntos con el objetivo de alcanzar unos objetivos que luego redundaban en beneficio de todos desde el primero hasta el último, en las bien estructuradas.
No había odios ni rencores generalizados, solo los envidiosos y los rencorosos en “petit comité” eran capaces de exponer sus resentimientos, y lo habitual era ser reprendidos por sus compañeros, conscientes de estar integrados en un equipo de trabajo sólido y sano.
Con la llegada de la democracia, y el restablecimiento del presente sindicalismo, los partidos políticos de izquierdas, utilizan a los Sindicatos como correas de trasmisión en el mundo laboral, y buenos conocedores de que el pecado español por excelencia es la ENVIDIA, inician un proceso de desintegración empresarial desde dentro.
El empleado ya no ve al empleador como el señor capaz de arriesgar un capital para la creación de puestos de trabajo.
Se presenta al emprendedor mas o menos como a una “sanguijuela” que viene a “vampirizar” los rendimientos del trabajo del empleado, y poco a poco muchas sólidas empresas de mi época y de mi sector, empiezan a tambalearse una tras otra y acaban teniendo que cerrar y dejando en la calle a mas de 2000 trabajadores en sólo tres de ellas que yo recuerde, y les puedo mencionar:
PERIS ANDREU SA, RICARDO SORIANO CERDAN y EUROLAMP.
Las tres desaparecen entre los años 1975 y 1985, en plena efervescencia sindical, y les hablo sólo de un ramo tan poco trascendental, como la fabricación de aparatos de iluminación en metal combinado con cristal, cerámica y otros abalorios similares.
A su alrededor arrastran a muchos pequeños talleres auxiliares.
Pues bien, extrapolando esa situación a todos los gremios e industrias españolas, el “proceso de satanización del empresariado” ha seguido progresando hasta ahora, y fruto de ese proceso ha sido la destrucción de muchos millones de puestos de trabajo industrial.
Los gobiernos con la llegada de la España de las Autonomías, paliaron los efectos perversos de toda esa destrucción de puestos de trabajo en la economía productiva, sustituyéndoles por un sin fin de funcionarios y servidores públicos que hicieron falta para atender toda la Administración de nuestros 17 Reinos de Taifas, es decir que se suplieron empresas que pagaban Impuestos de Sociedades, por entes públicos autonómicos, que eran administrativamente necesarios, pero carecían de la menor rentabilidad.
Pasamos en pocos años de tener seiscientos mil funcionarios públicos, a superar los dos millones y medio.
Y de tener un Gobierno central, un Congreso y un Senado, a tener 18 Gobiernos con todos los cargos políticos que eso implicaba.
Pero además, todos esos cargos políticos, como no administraban sus bienes propios se dedicaron con el paso del tiempo, a crear Empresas Municipales o Autonómicas, que han servido para “enchufar” a familiares, amigos o adictos a cada partido a cada partido, para pagarles favores recibidos, o simplemente para darles un modo de vida tan cómodo, como innecesario para la sociedad española.
Mientras hubo dinero, nadie quiso enterarse, y se encubrían unos a otros.
Mientras los fondos de la Seguridad Social, se iban vaciando, ya que cada día eran más largas las colas del paro, y había menos cotizantes.
Hasta que les ha estallado la situación en las manos, ya no queda crédito internacional al que acudir para cubrir todos esos dispendios, y Europa…levanta la voz.
Hasta hoy, sólo han sufrido los trabajadores de a pie que pasaban al paro y los autónomos que tuvieron que cerrar sus pequeños negocios, y ni siquiera tenían el derecho al paro.
Solo tres clases sociales, permanecían inmunizadas ante tal situación:
1) Los POLITICOS, que al ser ellos los que deciden cuando y por donde cortar, se cortan un poco…o casi nada, para cubrir el expediente.
2) Los FUNCIONARIOS, que sólo habían sufrido una congelación de salarios en 1996 al entrar el Gobierno de Aznar, pero nunca les recortaron sus haberes.
3) Los SINDICALISTAS, y los GESTORES DE LAS ASOCIACIONES EMPRESARIALES, que en definitiva son también ”funcionarios sui generis”, al cobrar de los Presupuestos Generales del Estado, la mayor parte de sus percepciones.
Pero ahora la situación, ha llegado a tal nivel de deterioro, que estos estamentos van a tener que sufrir como el resto de la sociedad española, aunque al menos tendrán garantizado el puesto de trabajo, si no cambian el Estatuto del Funcionario.
Todos tenemos que saber que el Estado de Bienestar como nos lo han hecho creer en los últimos años, es inviable para un país como el nuestro.
No se va a recuperar de la noche a la mañana una clase emprendedora desprestigiada, molida a palos y arruinada, por un simple acto de voluntad de un Gobierno, sea cual sea.
Incluso poniendo muchos medios de ayuda, para motivar la creación de Empresas, se ha perdido el referente respetable y respetado del emprendedor, y va a costar mucho convencer a quienes disponen de medios, que los inviertan con riesgo, para crear puestos de trabajo.
Estoy convencido de que tendremos que llegar a acumular como mínimo otro millón de parados en 2012 y 2013, antes de romper la curva de crecimiento.
No quiero ser agorero, pero tampoco puedo ser optimista.
Por muy brillantes que sean en la elaboración de la nueva Ley de Relaciones Laborales, el proceso de crecimiento va a ser largo y penoso.
Los españoles no podemos pensar que vendrá un Rey Midas a solucionarnos el problema que nosotros mismos hemos ido generando durante 35 años.
Tenemos que estar dispuestos a sufrir todos mucho mas de lo que hemos sufrido, a apretarnos el cinturón y a saber que solo con “sangre, sudor, muchas lagrimas…..y bastante tiempo”, podremos salir del atolladero.
Y para eso, hay que empezar por enviar al paro a todos los que sobren en la Administración del Estado.
Los sindicalistas y gestores de asociaciones empresariales, tienen que dimensionarse en función de lo que sus afiliados puedan pagarles sin tener que recibir ni un solo euro de un Estado arruinado.
Sobre todo hay que evitar tensiones innecesarias, ni huelgas imprudentes, que puedan llevarnos a un caos del que nadie sabe como podríamos salir todos los españoles.
Tengan todos presente, que lo que se ha destruido a lo largo de 35 años no se puede reconstruir en dos o tres, y menos si se carece de los medios necesarios como es el caso en la actualidad.
Hemos pasado de una ECONOMIA PRODUCTIVA a una ECONOMIA ESTATALIZADA de una forma irracional, y ahora si queremos volver al mundo real, a un mundo en el que sólo se pueda gastar lo que se tiene….y los intereses de los que se debe, lo fundamental es ser austero en el gasto…y muy cuidadoso en el ingreso.
Solo con ese equilibrio sensato…y años, podremos recuperarnos de los errores acumulados en poco menos de medio siglo.
Miguel Bataller
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